Hace poco comentaba Nadal que había aprendido a convivir con el dolor, su rodilla le obligó a ello.
En la entrevista previa a las semifinales, ante Yokovic, sólo veía lo positivo, comentó que a pesar de haber perdido se quedaba con su quinto set en el que desplegó su mejor juego.
Concentración, lucha, positividad, humildad, lo reúne absolutamente todo, y hoy a conseguido morder la octava copa de Roland Garros.
Es evidente que estamos ante un ser humano excepcional.
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